El delantero Imanol Altuna Aierbe (Amezketa, 31 de julio de 1968) colgará el remonte en el frontón Galarreta el próximo sábado, después de una larga carrera como profesional a lo largo de las 20 últimas temporadas y media (debutó el 1 de noviembre de 1987, en el propio Galarreta). En el palmarés de Altuna I destaca su txapela en el Campeonato Oficial de Remonte Parejas de 2002, lograda junto a Jon Eizagirre, así como sus siete subcampeonatos en este mismo torneo (en 1992, 1993, 1994, 1995, 2001, 2006 y 2007), además de cuatro Torneos de San Fermín (1994, 1999, 2001 y 2005), logros todos ellos que lo convierten en uno de los grandes remontistas de los últimos tiempos.
¿Qué siente ante su despedida?
Al principio un poco de pena, pero después me quedo con lo positivo, he estado casi 21 años como profesional, siempre lo he dado todo y algún día tenía que acabar. Sé que no vivimos en la mejor época, cabía la posibilidad de un recorte en la plantilla y yo estaba entre los candidatos para dejarlo.
Ha pasado más de media vida jugando a pelota.
Sí, mi modo de vida cambiará a partir de ahora. De aquí en adelante me podré meter más de lleno en otras cosas: trabajo desde hace años en una inmobiliaria con oficina en Lasarte, y también ayudaré en el negocio familiar, un bar en mi pueblo, Amezketa.
¿Cómo empezó en el remonte?
Me regalaron la primera cesta cuando tenía 11 o 12 años, nos la dio a un primo y a mí otro familiar, Etxeberria, que a su vez era amigo de Intxauspe, la figura del remonte en esa época. Por entonces yo jugaba más a mano que a remonte... pero con 15 o 16 años, vi que mis manos sufrían mucho y empecé a ir a jugar a remonte a Galarreta.
Debutó en 1987.
Sí, jugué con Etxeberria I como zaguero, ante Lecea-Imaz. Lecea y yo debutamos a la vez ese día, y posiblemente fue el partido que gané por mayor diferencia de toda mi carrera, creo que fue por un resultado de 35-12. De ahí en adelante los años han pasado rápido, y siempre he disfrutado mucho del remonte.
¿Qué balance hace de su carrera?
El balance es positivo. Quizá me ha faltado un poco de fortuna para ganar más títulos, porque he llegado a ocho finales del Campeonato Parejas y he ganado sólo una. Pero el hecho de alcanzar tantas finales también es una buena señal.
El pasado domingo recibió junto a su hermano un homenaje de sus paisanos en Amezketa, en el que se denominó el frontón de las escuelas como Altuna Anaiak.
Sí, ese detalle es una de las cosas más bonitas que nos podían pasar, algo que no se nos olvidará nunca. Y cuando no estemos, también se hablará de nosotros, de que hubo dos hermanos que jugaban a remonte. Eso permanece.
Ha coincidido durante muchos años en el campo profesional con su hermano Garikoitz.
Sí, pero también es delantero y no era partidario de tenerle como rival, prefería jugar contra otros... aunque a veces sí que hemos coincidido, sobre todo en campeonatos. Entonces, cada uno iba a ganar su partido y se olvidaba del resto.
No es amigo de grandes homenajes en su despedida.
No, lo que yo quería era despedirme en la cancha y hacer un buen partido, no salir con ropa de calle a recibir aplausos.
¿Un partido?
No recuerdo uno en concreto... quizá la final del Parejas de 2002, que gané con Eizagirre.
También ha destacado en el Individual.
Sí, no me disgustaba jugar mano a mano, me sentía a gusto en la cancha y he jugado partidos buenos. Me acuerdo especialmente de uno que perdí por 35-34 contra Koteto Ezkurra.
También ha sido un gran especialista en los tríos, jugando en el centro.
Sí, me encontraba a gusto. Creo que me ha faltado un golpe rompedor para marcar diferencias, pero he sido muy pelotari, he tenido facilidad para colocarme en la cancha: parecía que no me movía, pero siempre le daba a la pelota, estaba bien colocado. He sido seguro y peleón.
¿Un golpe?
Me sentía bastante cómodo para golpear desde el cuadro 7, aunque fuera pegado a la pared; de ahí el hecho de jugar en tantos tríos.
¿Un rival?
Ezkurra siempre ha estado dos o tres peldaños por encima, y Zeberio II también, aunque fue más tardío. Cuando debuté, jugué infinidad de partidos contra Lecea. Y después, contra Matxin, Elizalde... y en los últimos tiempos, Iñigo y Juaristi.
¿Un zaguero?
He coincido con muchos: Eizagirre, Aizpuru, Etxabe, Ángel Lecumberri, Iriarte...
¿Un ídolo?
Antes de empezar, remontistas como Mujika, Agerre o Intxauspe... pero me quedo con el que se quedan todos, Koteto Ezkurra. Es el que más diferencias ha marcado y marca, y durante más años.
¿En qué ha cambiado el remonte desde sus inicios?
Ha cambiado el material, porque ahora las pelotas pegan botes más grandes, pasan más tiempo en el aire. También hacen más extraños, eso puede ser por el cambio de material en las cestas.
¿Qué porvenir le augura al remonte?
Es indudable que no atraviesa por su época más boyante, pero creo que hay un buen cuadro de remontistas, por lo que en ese sentido no veo peligros, el futuro no es malo.
¿Algún remontista de futuro?
De los que pueden ser figuras, me quedo con Urriza, es el que tiene más condiciones físicas y le queda margen para aprender a jugar a remonte. También están Juaristi y Uterga, que ha últimamente subido un escalón y que es un pelotari muy bonito para ver.
¿Qué consejo le daría a un remontista que empieza?
Que juegue por afición y no por obligación, que disfrute con el remonte y que jamás pierda la ilusión. A veces pasas momentos malos y cuesta un poco más, pero nunca hay que perder la ilusión, yo saldré hasta el último día a dar lo máximo posible.
¿Seguirá vinculado al remonte?
Es muy difícil que siga jugando, pero seguiré vinculado al deporte, tengo dos hijos, Aitor y Mirari, y me gustaría que encaminaran su vida en ese sentido. De hecho, a Aitor ya le he dado una cesta, pero es muy pequeño todavía. Yo iré al monte, haré un poco de natación... y no descarto jugar algo a pelota, o a pala.
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